La saga de los Confines (I) Los días del Venado
Una saga de fantasía épica "latinoamericana"
- Título original: Los días del Venado. Primer libro de la trilogía La saga de los Confines.
- Autor: Liliana Bodoc
- Año de publicación original: 2000
- Editorial Norma, primera edición, decimotercera reimpresión, 2006, Buenos Aires.
- ISBN: 987-9334-90-6
De la contratapa:
Han zarpado unas naves. La magia de las Tierras Fértiles percibe confusas señales en ellas, no logra descifrar si debe recibirlas con la alegría del reencuentro o con la tristeza de las armas. Nada saben de la terrible amenaza que se cierne sobre el continente. No saben aún que nada volverá a ser como fue. El Bien y el Mal, como en todo gran relato épico, librarán una batalla terrenal, pero también habrá fuerzas intangibles, mágicas, cósmicas. Los hombres de paz se convertirán en guerreros, los guerreros en héroes. Habrá que sobreponerse a los largos viajes, al odio, a las traiciones. Al miedo en el corazón y al desamparo.
Cuando leí este libro por primera vez, y la saga entera en
general, creo que se me habían escapado algunas metáforas parcialmente (no
llegué a comprenderlas del todo aun cuando sí tuviera su concepto general),
aunque esto se debió a mi propia falta de experiencia y acaso a que no era ese
estilo el que más quería leer de chico ni estaba acostumbrado a él; sólo había
leído uno o dos libros con un estilo que se asemejara, el primero o los dos primeros de las
historias de Terramar, de Úrsula K. Le Guin. Además, es de notar que la narración está contada por
alguien que aparecerá por la mitad de la historia, pero lo hace como si fuera
un narrador omnisciente, o casi omnisciente. No sé cómo definir el estilo con
exactitud, pero tiene el aire de quien cuenta una historia legendaria.
Ya respecto a la historia, aquí se presentan los principales
protagonistas de toda la saga (en distintos niveles, ya que no todos llegan
vivos al tercer libro), que es la familia de Dulkancellin: él mismo, el héroe
guerrero arquetípico, valiente y honorable; Vieja Kush, su madre sabia; y sus
hijos, Thungur, el más parecido a su padre; Kume, el taciturno y quien cae en
desgracia pronto ante los ojos de su padre (tengo una crítica respecto a la
ejecución narrativa de eso: que fue demasiado seco, no seco e imponente, sino
sólo seco); Kuy-Kuyen, la que menos se destaca por actuaciones puntuales, pero
es un sostén de la vida cotidiana; Piukemán, el que es tan curioso que verá lo
que estaba prohibido y pagará un caro precio por eso, y su transformación tras
ello, desarrollada en los siguientes libros, es uno de los puntos más fuertes
de la saga; y Wilkilén, la niña cuya mente se queda como de niña, excepto para
una situación particular en los otros libros, de los que no diré nada porque
sería spoiler, pero ella tendrá uno de los trabajos más importantes para la
guerra porque es uno que debía hacer alguien que no supiera que lo estaba
haciendo; y también Cucub, el artista multifacético que se convierte en
guerrero, y Kupuka, uno de los Brujos de la Tierra, el viejo mago sabio.
La magia no es de un estilo harrypotteriano, sino que es al
estilo “chamánico”, con la utilización de las fuerzas de la naturaleza y, por
lo general, muchos rituales.
Quiero mencionar también al concilio de las Tierras Fértiles
(que me recordó al concilio que ocurre en Rivendel en La comunidad del anillo):
hay representantes de distintas civilizaciones (o de pueblos en su sentido
amplio), y es lindo ver las diferencias entre ellas, y la parte del concilio en
sí fue una de mis favoritas.
Por otro lado, el lenguaje metafórico y prosa-poético encuentra (y
aprovecha) más espacio para desplegarse con más esplendor en las últimas dos
partes en las que se divide la novela, sobre todo en la tercera, la de la
guerra abierta, magistralmente contada desde el estilo de la óptica grande, e
igualmente magistral el corto momento inmediatamente anterior al interregno en
la guerra contado, desde el punto de vista de Dulkancellin.
El libro termina excelentemente al mostrar la vuelta a las
dinámicas de preguerra pero adaptadas a prepararse para las futuras batallas, y
si bien, probablemente, cualquiera deseará leer la continuación, este libro
también funciona como una historia de libro único (y para cualquier edad,
excepto quizás para menores de diez años como ya no tengan mucho leído). De
todos modos, no fue mi favorito de la saga, mi favorito fue el segundo, que
creo que incluso podría leerse sin haber leído el primero, así que recomiendo
que no dejen de leer el segundo, donde la propia Muerte es un personaje, y uno
extremadamente interesante.
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