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viernes, 10 de abril de 2020

RESEÑA DE ¿ACASO NO MATAN A LOS CABALLOS?

Acaso no matan a los caballos


Una maratón de baile para sobrevivir en la Gran Depresión
Portada de El club del Misterio nº13. ¿Acaso no matan a los caballos?


FICHA
Título original: They Shoot Horses, Don't They?
Autor: Horace McCoy
Fecha de publicación original: 1935
Editorial Bruguera, primera edición en Club del Misterio, 1981, España
Traducción: José Rovira Sánchez y Pilar Giralt Gorina
Ilustración de cubierta: Isidre Monés
ISBN: 84-02-08147-9

La historia  
  Ubicada en el período de la Gran Depresión, comienza por el final: el juicio a Robert, quien mató a Gloria. Empieza por la etapa de la sentencia, para ser exactos, y “el título” de cada capítulo está compuesto por algunas de las palabras del juez, que la está pronunciando en un juego temporal, lo que me pareció un recurso excelente para dotar de funesta inevitabilidad a la historia. Y sin embargo, los pensamientos del acusado revelan que no se ve a sí mismo como un homicida, y a través de sus pensamientos y remembranzas se cuenta la historia del corto tiempo durante el cual él y Gloria se conocieron. Dos desempleados tratando de sobrevivir, con ensoñaciones de éxito de poco probable cumplimiento, terminan participando juntos en un certamen de bailar ininterrumpidamente: 10 minutos de descanso cada una hora cincuenta.
  El final de los personajes, por su parte, es perfectamente coherente: Gloria, a quien se ha mostrado deprimida todo el tiempo, y quien ella misma ha contado que había tratado de suicidarse, le pide a Robert que la mate de un tiro, a lo que este termina accediendo para librarla de su sufrimiento, recordando cuando su abuelo le había disparado a un caballo que se había fracturado una pata y ya no podía hacer nada excepto sufrir.

Conclusión  
  Esta historia es de alto realismo tanto de ambiente como de personajes, y así, dado su contenido, es muy cruda en los aspectos fuertes. Me ha gustado considerablemente, aunque en esto puede haber influido que no había leído de este género antes. Sólo con posterioridad a terminarla se me ocurrió su similitud con El túnel de Sábato; –estrictamente, se me ocurrió desde el principio porque ambas obras comienzan con un crimen ya cometido y rememorado por la propia persona que lo cometió, pero la similitud de realismo y verosimilitud es lo que se me ocurrió después–. No obstante, aquí el protagonista no es un neurótico u obsesivo como Juan Pablo Castel, y hay (si recuerdo bien El túnel) más personajes interactuando y cada uno encaja perfectamente con poca o ninguna introducción.
  Respecto al género: aunque la he visto catalogada muchas veces como novela negra, no estoy seguro de que sea correcto, a pesar de las indiscutibles similitudes estéticas. Me parece mejor catalogarla como una novela de crimen psicológica; esto es, dentro del género novela de crimen (en el que están también como subgéneros la novela negra o policial negro y el policial de enigma, a los que propongo llamar novela de crimen negra y novela de crimen de enigma).

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