La Mano Izquierda de la Oscuridad per Úrsula K. Le Guin
Úrsula K. Le Guin: 1969
Título original: The Left Hand of Darkness
Trad. de Francisco Abelenda, primera ed. en castellano: Minotauro 1973.
Primera edición de bolsillo: 2002
Ciencia ficción filosófica
Ganadora de los premios Hugo 1970 y Nébula 1969
Esta novela es parte del Ciclo Hainish; hainish porque todos los humanos que
habitan distintos planetas descienden de los humanos del planeta Hain, pero el
nombre no le gusta a la autora porque aunque tales libros del ciclo están en
el mismo universo ficcional ella no se aseguró de mantener una coherencia
interna.
El argumento
Genly Ai es el enviado del Ecumen al planeta Gueden (o Invierno, por el frío glacial constante). El Ecumen es
una institución coordinadora entre mundos y lo más importante que coordina es
la intertemporalidad de las acciones: debido a las distancias entre los mundos
habitados que hacen que se tarden años en llegar de unos a otros, y que la
vida humana es muy corta relativa a esos viajes, faltaría el interés
individual de la la mayoría por tomar acciones que dieran beneficio a muy
largo plazo (décadas, o aun más); o, aun con el interés, faltaría la confianza
de que se mantendrían en el tiempo todas las acciones necesarias para que den
frutos. El Ecumen compensa organizativamente este problema temporal.
Y por supuesto, para esto cuenta con la invaluable ayuda del ansible, que es
como Le Guin llamó a un pequeño dispositivo que permite la comunicación
instantánea sin importar la distancia (Phillip Pulman también tiene uno
similar en su trilogía La materia oscura que explica con el entrelazamiento
cuántico, aunque estos utilizan un código morse o equivalente y sirven aun
estando en universos distintos).
La visita de Ai como representante del Ecumen es convencer a los guedenianos
de que se unan a esa organización; mientras que por lo alejado que está ese
planeta de los demás planetas habitables no hay mucha ganancia esperable por
comercio de tangibles, por medio del ansible y de los otros enviados esperando
en estasis cerca del planeta, hay mucha posibilidad de intercambio de los
intangibles conocimientos.
Esto tiene los siguientes problemas lógicos: en Gueden ni siquiera pueden
volar, mucho menos creer rápidamente que alguien haya venido de las estrellas,
aun con nave y todo (nave que se muestra a pocos). E incluso creyéndole a
Genly, hay problemas políticos que resolver.
Por supuesto, también están los problemas de comunicación interpersonal entre
Genly Ai y los guedenianos, basados en dos elementos: el shifgredor y la
intersexualidad guedeniana.
Shifgredor: orgullo u honor, o prestigio, enligados con convenciones sociales
de qué hacer o no; la percepción de las jerarquías sociales.
En el país Karhide, uno de los dos en que transcurre la historia, es una
ofensa al shifgredor dar un consejo que no se haya pedido, y aunque en Gueden
muy rara vez mienten, se usan muchas indirectas y rodeos (me hace pensar en
los elfos de Paolini en el ciclo El Legado, que no pueden mentir en el idioma
antiguo, el de la magia, por lo que han perfeccionado el arte de decir una
cosa queriendo decir otra).
Los guedenianos son muy competitivos en su shifgredor, pero no grupalmente
violentos: el asesinato político era común pero rara vez se matan en grupos de
a diez o veinte, mucho menos en grupos más grandes: lo que les falta es la
capacidad de movilización de masas, y por ende de hacer guerras, aunque Genly
observa que el país Orgoreyn parecía estar alcanzando esa capacidad durante
los últimos siglos, y que esto a su vez, por el shifgredor, podía llevar a
Karhide a intentar lo mismo.
(Karhide es un país básicamente feudal, mientras que Orgoreyn es un país
comunista, incluso con gulags para los disidentes (llamadas “granjas de
reeducación voluntaria”).
Sexualidad guedeniana: Ambisexuales o hermafroditas o andróginos
“El impacto de una cultura tan diferente no tenía demasiada importancia
comparado con el impacto biológico que yo sentía como hombre entre seres
humanos que eran, cinco sextas partes del tiempo, hermafroditas neutros”
Ciclo sexual guedeniano: duración de 26 a 28 días. Durante 21 o 22 días un
individuo es somer, sexualmente inactivo o latente. Los cambios hormonales
empiezan poco antes de terminar ese período, y tras su fin el individuo está
en kémmer, donde el instinto sexual se sobrepone a todo en la personalidad,
pero sin imponerse a otros y sin violaciones, pues el consentimiento mutuo es
necesario para el coito e incluso la seducción es difícil de llevar a cabo; si
encuentra a otro individuo en kémmer los cambios hormonales se incrementarán y
preponderará en alguno que sus genitales se dilaten o que se encojan y que el
cuerpo del otro responda con la configuración opuesta, para ejercer así las
categorías que en animales corresponden a ser macho o hembra. No hay
predisposición en la mayoría a ser de un sexo u otro ni hay posibilidad de
elegirlo, excepto artificialmente con inyecciones de hormonas. Si se produce
el embarazo, este individuo seguirá siendo hembra durante la gestación y la
lactancia. Posteriormente, “la hembra” vuelve a ser somer como antes, y un
mismo individuo puede ser madre de unas personas y padre de otras.
Hay un tres o cuatro por ciento de “perversos”, que están integrados en la
sociedad pero a los que se trata con cierto desdén, siendo los perversos lo
que es normal para Genly Ai: prolongación “excesiva” del período de kémmer y
hormonación permanente hacia un sexo.
Sobre el uso del lenguaje
No obstante esa ambisexualidad o como se prefiera llamarla, Le Guin (y Genly
Ai) utiliza el género gramatical masculino como universal y los pronombres
masculinos para referirse a los guedenianos, lo que algunos proponentes de lo
que ellos denominan lenguaje inclusivo le critican. Posteriormente, para una
historia corta en el planeta Gueden escrita previamente a la novela, Le Guin
cambió los “he” por “she”, pero parece que eso no atrajo mucha atención. Al
final, termina diciendo en una introducción:
“...we still have no accepted ungendered singular pronoun in narrative. It
dehumanizes; they has too many confusing possible referents; no invented
genderless pronoun has yet proved satisfactory. Our understanding of gender
is still growing and changing. I hope and trust our wonderfully adaptable
language will provide the usages we need.”
...
“What matters most about a word
is that it says what we need a word for. (That’s why it matters that we lack
a singular pronoun signifying non-male/female, inclusive, or undetermined
gender. We need that pronoun.)”
Fuente de las palabras de Le Guin
Tres aspectos más del construmundo
Handdara
“El handdara es una religión sin instituciones, sin secerdotes, sin
jerarquías, sin votos, y sin credo; no sé todavía si tienen o no un Dios.”
“No hay teoría ni dogma en el handdara”
El handdara es una doctrina de inactividad y no interferencia y de reconocer
la ignorancia. Me resultó un taoísmo, aunque podría ser también porque sabía
de antemano que la autora es taoísta, o algo cercano, pero ciertamente que me
recordó los preceptos del Tao Te Ching. Genly va a ver a unos practicantes,
además de para conocer mejor esa religión, porque realizan profecías, y no dio
por hecho que no fueran ciertas (por cierto, no es completamente cierto que no
haya jerarquías, porque hay un llamado tejedor para guiar y responder el
extenuante e interesante proceso de responder una pregunta, que es en lo que
consiste la profecía, por lo que hay una jerarquía de conocimientos).
Ciertas influencias taoístas en la autora ya las había contemplado yo en su
obra de fantasía de las historias de Terramar (primer libro: Un mago de
Terramar) y, en cierto modo, es más fácil entender esa filosofía viendo actuar
a las personas, aunque sean ficcionales, que leyendo el libro Tao Te Ching de
Lao Tsé, aunque ambas cosas son por supuesto complementarias.
Estraven había sido un practicante del handdara y dice la frase de la que sale
el título de la novela:
«La luz es la mano izquierda de la oscuridad, y la oscuridad es la mano
derecha de la luz. Las dos son una, vida y muerte, juntas como amantes en
kémmer, como manos unidas, como el término y el camino.»
Genly identifica esto como algo equivalente al yin y yang.
Aprender qué preguntas no pueden contestarse, y no contestarlas: esta
capacidad es de veras necesaria en tiempos de tensión y oscuridad.
Calendario
Los guedenianos siempre están en el año uno
Palabras para la nieve
Los guedenianos tienen muchas más palabras para muchos más aspectos o
circunstancias de la nieve que lo habitual en humanos de la realidad pero esto
me hizo recordar haber leído que algún grupo del Ártico también tenía muchas
más palabras. Al ser Le Guin hija de antropólogos, posiblemente lo conociera y
se haya inspirado en ellos.
Si esta novela hubiera sido escrita y publicada recientemente, con los temas
comentados de sexualidad más que todos son de color de piel oscura (Genly el
más oscuro), muchos temerían, no sin buenas razones, que esta fuera una
novela-sermón, con más interés en promover un mensaje moral cual fábula para
niños que en contar una buena historia. Afortunadamente, esta no es una
novela-sermón ni un panfleto, sino de verdad una historia, y los pensamientos
reflexivos respecto a la realidad que pueda provocar son del tipo que
cualquier buena historia puede hacer.
Mundoconstrucción: Excelente
Narrativamente
Buenos los primeros tres capítulos, el 5 y los tres finales. Mientras que las
largas descripciones de Tolkien suelen estar aliviadas por alguna historia
corta o mención de algo que haya pasado en el lugar que describe, además de
por su tono de estar contando un cuento, Le Guin se excede en ocasiones en las
descripciones geográficas (y me habría gustado que hubiera un mapa en mi
edición), de gran valor por la dificultad de hacerlas bien, pero que no suma
narrativamente a la historia en tal longitud.
Ver mapa aquí
Hay varios capítulos, no seguidos sino intercalados, que son mitos o leyendas
o historias de los pueblos del planeta Invierno, por lo que estos rompen el
flujo narrativo ya que tienen poca relación, o incluso ninguna, con lo que
está ocurriendo en el presente narrativo, aun cuando son interesantes
individualmente y alimentan el construmundo (worldbuilding)
Sobre los personajes
Los principales y desde cuyos puntos de vista se cuenta la historia son dos:
Genly Ai, el enviado, y Estraven, guedeniano.
Muy buen personaje Estraven, no tanto así Genly Ai porque, por un lado, debido
a su desventaja informativa respecto a todos los demás en ese planeta, no
puede tener un rol muy activo; y por otro lado, sus descripciones son bastante
secas, lo que supongo corresponde bien con que es un burócrata-embajador, pero
no ayuda así a la narración ni tampoco sufre grandes cambios en la historia,
excepto uno, ver y entender finalmente a Estraven en su ser hombre y mujer a
la vez de acuerdo a los cánones biológicos de la raza humana de Genly.
Estraven, si bien tampoco cambia, es de quien más se aprende cómo es en la
mayor cantidad de aspectos, y tiene un rol mucho más activo tanto por las
circunstancias que le ocurren como por su decisión sacar lo mejor de cada
situación y que lo que sea, sea.
Además, Estraven tiene mis dos frases favoritas del libro:
“Oponerse a algo es mantenerlo. Dicen aquí “todos los caminos llevan a
Mishnori”. Sí, claro; si le damos la espalda a Mishnori y nos alejamos
estamos todavía en el camino de Mishnori. Oponerse a la vulgaridad es
inevitablemente ser vulgar. Hay que ir a alguna otra parte; hay que tener
otra meta; entonces el camino es distinto”
—...Conozco gente, conozco ciudades, granjas, montañas y ríos y piedras,
conozco cómo se pone el sol en otoño del lado de un cierto campo arado en
las colinas; pero ¿qué sentido tiene encerrar todo en una frontera, darle un
nombre y dejar de amarlo donde el nombre cambia? ¿Qué es el amor al propio
país? ¿El odio a lo que no es el propio país? Nada bueno. ¿Sólo amor propio?
Bien, pero no es posible hacer de eso una virtud, o una profesión… Mientras
tenga amor a la vida amaré también las colinas del dominio de Estre, pero
este amor no tiene fronteras de odio. Y más allá, soy ignorante,
espero.
Ignorante, en el sentido handdara: ignorar la abstracción, atenerse a las
cosas.