Frankenstein, o el moderno Prometeo
La relación trágica entre un humano artificial y el creador que lo abandonó
Ficha
Título original: Frankenstein, or the Modern Prometheus
Autor: Mary W. Shelley
Fecha de publicación original: 1818
Editorial Gradifco, primera edición (2007), tercera reimpresión (2012,
Argentina, Lanús)
Traducción: Juan Izquierdo
ISBN: 978-987-1093-10-6
Soy malvado porque soy desdichado. ¿Acaso no me rechaza toda la humanidad? Tú, mi creador, deseas destruirme y, de ese modo, vencer. Pero dime ¿por qué debo ser misericordioso para con los demás si ellos se muestran tan implacables conmigo? A tu entender, no sería un crimen arrojarme a un abismo para destruir este cuerpo que construiste con tus propias manos. ¿Por qué debo respetar al ser humano cuando este alberga tales deseos? Si quisiera compartir su vida conmigo, nunca le haría daño, al contrario, más bien lloraría de gratitud si me aceptara. Pero eso es imposible. Los sentimientos de los humanos se levantan como un muro e impiden este acuerdo. Pero no seré sumiso como un esclavo. Vengaré todo el mal que me han causado. Si no pueden amarme, me temerán; [...] ¡Creador mío, hazme feliz! ¡Dame la oportunidad de sentir gratitud para contigo! Dame pruebas de que soy capaz de obtener la simpatía de alguna criatura. ¡No me niegues este pedido!
El principio fue lo que más disfruté. Es decir, tanto la parte relatada con las palabras del capitán Walton, como las de Víctor Frankenstein, ambos hombres muy curiosos y ávidos de conocimientos ya existentes y de descubrir nuevos. Mi favoritismo llega hasta la parte en que Frankenstein se recupera de su postración siguiente a su creación y regresa a casa, pero una de las imágenes más fuertes que me quedaron es posterior a esto: es el momento en que Frankenstein está en un paraje helado en los Alpes y ve acercarse desde lejos a su creación, y se produce el primer encuentro entre ellos desde la noche en que Frankenstein le había dado vida, y allí, solos, –con el “monstruo” habiendo ya asesinado– conversan por primera vez. Luego viene la narración de la criatura de todo lo que hizo desde que cobró vida, en lo que resulta el tercer relato dentro del libro –el del capitán Walton da inicio y cierre y el de Frankenstein es el más largo, en dos partes–. Me resultó muy interesante el aprendizaje de la criatura, dado que nació sin conocimiento alguno pero con su mente lista para aprender a razonar, y a juzgar por el relato, con gran capacidad memorística de cuando aún no había aprendido ningún lenguaje.
Cuando vuelve a narrar Frankenstein es cuando la historia me resulta un poco menos interesante dado que, prácticamente, este personaje sólo sufre en todo el tiempo siguiente, y a partir de cierto punto ya sin esperanza de que eso vaya a cambiar, por lo que la historia queda como una tragedia lineal incluso cuando el capitán Walton es quien vuelve a narrar en la parte final.
Es cierto, no obstante, que el factor suspenso que yo podía sentir era pequeño dada la familiaridad que yo –y casi todo el mundo– tiene con la historia del monstruo de Frankenstein por un modo u otro; particularmente, siendo bastante chico había leído una versión resumida y adaptada de la historia para esa franja etaria, por lo que ya conocía los hechos principales (esa versión tenía muy buenas y vívidas ilustracines y algunas de ellas las tenía muy presentes) excepto el destino final de la criatura, que sí me sorprendió, porque no era el que yo creía.
En resumen: Frankenstein es una obra que me gustó bastante –mucho al principio, sobre todo– y me parece pertinente la fama mundial del binomio “el creador científico Víctor Frankenstein y el monstruo de Frankenstein”; que despliega bien los temas de anhelo de compañía, de cómo el rechazo violento lleva a una criatura de instintos pacíficos a tomar decisiones de consecuencias trágicas, del amor familiar –por la familia Frankenstein– y el del riesgo de cegarse con la pasión por la búsqueda del conocimiento y de la ambición de la gloria científica, que pueden llevar a la desconsideración de todas las circunstancias posibles de los propios actos.
Excelente post, me gusta mucho tu reseña. Hice un resumen y de verdad deja mucho que reflexionar. Escribiré por seamos seguidores para presentarte mi blog.
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